El río Dee en Escocia es, para los amantes de la pesca del salmón a mosca, una especie de santuario, de vuelta a los origines. No en vano, en él, allá por el siglo XVIII, Arthur Wood daba los primeros pasos de lo que, a día de hoy, es nuestra pasión: la pesca del salmón a mosca con sedal pesado.
Sin lugar a dudas, fruto de ello y de la singular naturaleza escocesa por preservar las tradiciones, la pesca en el río Dee, aun a día de hoy, conserva ese sabor de antaño en cada pozo, refugio, ghillie, pub o tienda de pesca. Pescar en el mítico río Dee es mucho más que pescar, es una experiencia, una inmersión en la cultura más arraigada de este deporte. Es la iglesia de esta religión.
El río Dee, nace en el Parque Nacional de los Cairgorms y baña, durante su recorrido por el valle, todo el espectro de bucólicos paisajes escoceses. Desde el cauce alto, serpenteante entre praderas al abrigo de montañas, y bosques de pino y robles centenarios, pasando por la campiña escocesa en su tramo medio y los cultivos de cereal y ganaderos de los tramos más bajos.
De un clásico color whisky, el río Dee hace gala de una estructura ideal para la pesca con mosca. De pozos poco profundos y corrientes largas y tendidas, los amantes de la pesca a mosca encontramos en sus aguas, a lo largo de todo su recorrido, pozos que cautivan nuestra imaginación y nos permitirán una pesca relajada y llena de sabor.
Bien sea en busca de sus famosos springers o de sus salmones de otoño, engalanados con sus colores ocre, el río Dee siempre nos regala momentos únicos. A la orilla de cualquiera de sus pozos, disfrutando de un buen té o un whisky, escuchando historias de otro tiempo de la boca de nuestro ghillie, o escuchando cantar nuestro carrete, el río Dee sigue escribiendo su propia historia en las páginas de nuestra pasión y nos hace sentir parte de ella.
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